Contratación en Reino Unido: antes que el idioma hay que saber atender al paciente

Cada vez son más los farmacéuticos que se interesan por trabajar en otros países de Europa, y Reino Unido es el destino con mayor afluencia de profesionales. Pero, ¿qué valoran de los licenciados españoles? En esencia, su formación universitaria y sus amplios conocimientos teóricos, que deben complementar, para poder ejercer allí, con soltura a la hora de comunicarse con el paciente y de darle la información adecuada sobre su tratamiento.

Cada vez son más las facultades de Farmacia españolas que desarrollan programas internacionales para responder a un interés creciente de los estudiantes por recibir formación técnica en otro idioma (ver CF del 10-V-2010). Esto coincide, además, con que desde hace tiempo, Reino Unido se ha convertido en lugar de acogida para un buen número de profesionales españoles. Pero, ¿cómo es el proceso de selección para trabajar allí? ¿Cuáles son los criterios que dictaminan la selección de aspirantes? En esencia, además de conocimiento del idioma, la base teórica que se aprende en las facultades españolas y las aptitudes clínicas y asistenciales del aspirante.

«Trabajan bajo un esquema diferente; la farmacia está muy dedicada al paciente y todo gira en torno a él´´. Así lo explica Mar Arranz, responsable de la empresa Farmaempleo, entidad encargada de formar y seleccionar candidatos en España para que trabajen en las farmacias británicas. La diferencia básica entre ambos modelos radica en la actitud detrás del mostrador: «En Inglaterra ese sería el último paso. Antes de retirar el medicamento, el farmacéutico habrá entrevistado al paciente, le habrá preguntado por su historia farmacoterapéutica, los motivos por los que ha ido al médico, sondeará su conocimiento de este tratamiento, de cómo debe administrárselo, etc. En España esto no está generalizado´´.

UN PACIENTE DIFERENTE
Este matiz, asegura Arranz, «lo marca el propio paciente´´. Y Miguel Ángel García, farmacéutico español que lleva años trabajando en Inglaterra, lo confirma: «El paciente tiene muy interiorizado el protocolo; espera que se le pida información en la entrevista, y demanda esta atención´´.

Inglaterra responde a un modelo liberalizado en el que, según Arranz, «la percepción pública del farmacéutico como sanitario es mayor´´. Guillermo Bagaria, de su experiencia de año y medio haciendo sustituciones en boticas inglesas, destaca el «máximo respeto´´ que se percibe del paciente. «A pesar de percibir que éramos extranjeros, en ningún momento se puso en entredicho nuestra profesionalidad; éramos muy respetados´´, afirma.

Por eso la destreza a la hora de comunicarse con el paciente, de atenderle, pesa mucho en las pruebas de selección. «La entrevista es para comprobar que los aspirantes cumplen los estándares de atención clínica e inglés básicos´´, en aspectos como hipertensión, asma, etc. y conocen el idioma, asegura Arranz.

Una vez pasada la prueba, el candidato tiene un periodo de training. Bagaria explica que en este tiempo «se aprenden los protocolos asistenciales y las claves de cómo se gestiona la farmacia inglesa´´.

PERFIL CAMBIANTE
Cada año, Farmaempleo recluta a medio centenar de boticarios que se van a probar suerte al Reino Unido. El tipo de candidato más frecuente es el recién licenciado. «Acaba de dejar la universidad y quiere hacer currículum: antes de irse dos años de prácticas a la industria o preparar el FIR, practica en oficina de farmacia, consigue cierto caché y aprende inglés´´. Y es que la experiencia profesional en países anglohablantes «está bien considerada por la industria a la hora de contratarlos después´´.

Esto, unido a la crisis económica, ha potenciado que al perfil del egresado se le haya sumado otro más decidido por conquistar el mercado laboral inglés: «Los visitadores médicos y representantes de la industria que se han quedado sin trabajo en los últimos meses´´, asegura.

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