Desfinanciación, cambio de estatus y «e-receta´´ para impulsar los OTC

Expertos analizan en Santander el autocuidado y la automedicación y lanzan ideas para potenciar un mercado estancado, sobre la idea de ahorrar gasto sanitario público con la prevención y la venta libre.

Sacar de la financiación pública fármacos para síntomas menores, potenciar el cambio de estatus (de prescripción a publicitario) de ciertos medicamentos e introducir los publicitarios en la receta electrónica y la historia informatizada serían tres medidas útiles para fomentar el mercado de los OTC. Así se puso de manifiesto la semana pasada en Santander en el curso Autocuidado de la salud: derecho y deber del ciudadano, dirigido por el exministro de Sanidad Enrique Sánchez de León y organizado por el Instituto de Formación Cofares y la Asociación Española para el Autocuidado (Anefp), en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

El mercado del autocuidado en general y de los publicitarios en particular se encuentra estancado en España en la última década. El primero creció en 2010 un 2,1 por ciento en valores y se contrajo un 1,5 en unidades, y el segundo aumentó un 1,1 en valores pero cayó un 3,9 en unidades. Está en la línea de otros países del entorno, donde también crecen poco. Es en los emergentes, como China y Brasil, donde crece con porcentajes de entre el 9 y el 17, según los datos que presentó en Santander la consultora Nielsen. Sin embargo, en el caso de los publicitarios, apenas suponen en España un 5 por ciento del mercado total de fármacos, frente al 10-15 por ciento de países como Alemania o Reino Unido.

Más allá del debate sobre las razones complejas que explicarían el estancamiento del mercado, y que tendrían que ver con una falta de cultura del autocuidado de la salud (ver información inferior), varios profesionales y expertos lanzaron en Santander ideas para impulsarlo.

Financiación generosa

Para Rafael García Gutiérrez, director general de Anefp, el problema esencial está en la convivencia de fármacos equivalentes con y sin financiación, y reclamó soluciones, entre otras medidas como la agilización de las autorizaciones, el cambio de estatus o una mayor implicación del farmacéutico. Y Carlos González Bosch, presidente de Cofares, insistió en la idea al subrayar la «enorme generosidad del vademécum financiado´´.

La propuesta se defendió no sólo como vía de impulso a la automedicación, sino como ayuda cabal a la necesidad de ahorro de la factura pública en fármacos, que se podría librar de la cobertura del alivio de los síntomas menores. Y en tal sentido fue acogida por Alejandro Perales, presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación, quien afirmó que, bien explicada, podría ser entendida por la población.Otra propuesta fue fomentar el cambio de estatus, que defendió en particular Hubertus Cranz, director general de la patronal europea del autocuidado (Aesgp), apoyándose en los ejemplos recientes del orlistat (Alli), también comercializado en España; los triptanes para la migraña en Alemania, con la exigencia, eso sí, de un diagnóstico previo, explicó, y, en Reino Unido, la azitromicina para combatir la clamidia, con control protocolizado por parte del farmacéutico; la tamsulosina, para la hiperplasia benigna de próstata, desde 2009, y el más veterano de la simvastatina de 10 mg para controlar el colesterol.

Bajo protocolo

En todo caso, reconoció que tales cambios deben responder a criterios sanitarios y debe protocolizarse su aplicación, con intervención farmacéutica, algo que no siempre funciona a la perfección, como, contó, ha sido el de la simvastatina, sometido a revisión.

Varias voces, además de la de Cranz, arrojaron el guante del cambio de estatus sobre la mesa de la directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Belén Crespo, que pidió prudencia ante un asunto delicado, aunque reconoció que España quizá es más cautelosa en este asunto que otros países.

Cecilio Venegas, presidente del Consejo Extremeño de Farmacéuticos, apostó fuerte por la oportunidad que ofrecen receta electrónica e historial informatizado para introducir en ellos los publicitarios. No sólo serviría para que médicos, farmacéuticos y pacientes compartieran esta información relevante en el seguimiento farmacoterapéutico, sino para ayudar a normalizar la prescripción de publicitarios, prevista desde el año pasado para médicos y enfermeros en el RD de receta médica.

Venegas explicó el avanzado programa puesto en marcha en su comunidad, ahora pendiente de que lo retome el nuevo Gobierno autonómico.

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