«En los impagos, el Gobierno está cumpliendo escrupulosamente con sus compromisos»

"En los impagos, el Gobierno está cumpliendo escrupulosamente con sus compromisos"

El sector farmacéutico está sufriendo en sus carnes los efectos de muchas de las medidas que el Gobierno ha tomado desde 2010 para el control del gasto público. La última vez, hace unas semanas mediante el Real Decreto-ley 16/2012, aunque en esta ocasión Farmaindustria ha mostrado su comprensión ante la situación y ha dado un voto de confianza al Gobierno para afrontar juntos, con diálogo y acuerdos, los retos del futuro. Una confianza que les da el cumplimiento de los compromisos de pago de la deuda, que la industria valora especialmente. Así lo ha explicado a EG el presidente de Farmaindustria, Jordi Ramentol que, no obstante, no oculta el efecto devastador que la situación está produciendo en la industria.

Pregunta. Hay gente que aún desconfía de los mensajes que viene lanzando la industria acerca de las dificultades por las que atraviesa en España. ¿Se han sobrepasado ya unos límites aceptables?

Respuesta. Lo primero que hay que hacer aquí es definir los límites. Si el límite es que las empresas comiencen a desinvertir en tejido innovador y que se empiecen a reestructurar plantillas entonces este límite ya se ha rebasado. Si entendemos como límite que una empresa cierre sus puertas, también conocemos algunos casos concretos de empresas que han cerrado o siendo empresas nacionales se han vendido a inversores extranjeros porque no podían financiar su actividad.

P. Las compañías nacionales son las peor paradas…

R. Así es. El límite para muchas compañías multinacionales no es España, porque están presentes en otros muchos países, pero para muchas compañías nacionales sí es España y si no pueden resistir los efectos de los cuatro decretos-ley se ven abocadas a tomar decisiones, por falta de financiación, que tal vez deberían ser innecesarias. La sucesión de medidas que se han tomado en los últimos años están poniendo a muchas compañías en una situación extremadamente difícil, poniendo en peligro su supervivencia.

P. Y, además, el cambio de escenario legal de manera continua, también afecta, ¿no?

R. Hay que tener en cuenta que somos un sector muy frágil, muy regulado y muy intervenido, muy sometido a las decisiones de las comunidades y del Gobierno. Y, por otro lado, somos un sector innovador que invierte a largo plazo, y si las reglas de juego se cambian con demasiada frecuencia eso se traduce en incertidumbre. Una situación que para una multinacional, hace que baje la confianza en el país. Para una compañía nacional, ante una medida como estos RDL tienes que sacrificar a parte de tu personal, reducir la innovación o tienes que dejar de hacer inversiones industriales que ibas a realizar. Y más en un entorno financiero en el que es muy difícil acceder al crédito.

P. ¿Hay riesgo de destrucción del tejido productivo español en el ámbito farmacéutico, sobre todo de las compañías nacionales?

R. Nuestra impresión, en base a la información que manejamos, es que sí, que estamos ante ese riesgo. Al final de todo esto, podría ocurrir que solo queden de pie las compañías nacionales que operan también en el extranjero, aunque también sufrirán mucho.

P. ¿Es reversible la situación?

R. La situación es complicada, sin duda, pero no es irreversible.

P. ¿Es sostenible el sistema sanitario sin que haya un cambio de modelo farmacéutico?

R. El sistema se encuentra con dos problemas: la crisis, que ha dejado de ser tal porque va a durar muchos años. Y luego está el cambio de modelo del sistema. Dos cosas que se suman en la misma dirección. El sistema hay que cambiarlo, pero no sé si eso se soluciona con un RDL que viene impulsado por la necesidad puntual de ahorrar dinero. Para el cambio de modelo habría que sentarse con los diferentes actores y plantear un nuevo modelo que provoque la menor pérdida de tejido productivo posible. Tenemos que hablar para acordar qué modelo queremos y a qué velocidad lo podemos implementar.

P. A las medidas incluidas en el RDL hay que sumarles el problema de los impagos. ¿En qué punto está este asunto?

R. El Gobierno está cumpliendo escrupulosamente los compromisos. Ha dado una respuesta adecuada y positiva, el ministerio ha servido como catalizador para ello, y tenemos constancia de que las compañías han ido cotejando sus facturas con las que han ido llegando de las comunidades autónomas a través del ministerio y creemos que esto va en la buena dirección. Pensamos que entre mayo y junio la deuda hasta 31 de diciembre de 2011 quedará en su mayor parte regularizada.

P. ¿Y la de 2012 y futuro?

R. Todos sabemos de la necesidad de implementar reformas es consecuencia de la desproporción de lo que se presupuesta y se gasta en Sanidad. La comunidad que más claro que lo ha dejado es Cataluña y al final estamos obligados a compaginar ambas cifras. ¿Cómo se consigue esto? Por múltiples vías, como son algunas de las decisiones que ya se han tomado en este RDL, aunque tardarán un par de meses en verse los resultados. De cara al futuro, pensamos que la Ley de Estabilidad Presupuestaria y el plan de ajuste del Gobierno obligan a mejorar la disciplina en el ámbito de los pagos. Lo que está claro es que con los proveedores se ha tocado fondo.

P. El Gobierno ha anunciado que establecerá mecanismos de pronto pago a través del ministerio de Hacienda para las compras centralizadas. ¿Cómo lo ven?

R. Nosotros solo nos oponemos a medidas que no son lógicas. El Gobierno está obligado a tomar decisiones y eso nosotros lo respetamos. Eso también dependerá de las regiones. Hay regiones en las que la industria farmacéutica está más presente como Madrid y Barcelona, y otras en las que apenas tiene presencia. Para las segundas será más fácil pensar que paguen las facturas las farmacéuticas. Pero como el valor de la industria es estratégico para el país, creemos que es importante que decisiones de este tipo se tomen bajo el paraguas del Estado, ya que es difícil conjugar las políticas de 17 comunidades distintas.

P. Estos 17 minimercados, generan un gran problema, ¿no?

R. Así es. Hemos tenido problemas con Navarra, Andalucía o Castilla-La Mancha, ya que cada uno interpreta a su manera una norma, y esto es perjudicial para el sistema en su conjunto. Nosotros lo entendemos porque somos de aquí, pero esto lo cuentas en el extranjero y no se entiende. Ahora al menos tenemos la suerte de que muchas comunidades están gobernadas por el mismo partido y será más fácil aunar criterios, pero aún así ante la falta de dinero siempre habrá alguien con su idea particular para buscar ahorros.

P. ¿Dificulta esto la recepción de inversiones extranjeras?

R. Yo ya he dicho en varias ocasiones que hay compañías multinacionales que han paralizado sus inversiones o que incluso están desinvirtiendo en el país y algunas nacionales que, por la dinámica económica, se están viendo obligadas a tomar decisiones complejas. El problema de nuestro sector es que las inversiones son a largo plazo y cuando se pierde la sustancia es más difícil de recuperar. Si tienes una fábrica que produce en España para todo el mundo es más difícil que se vaya por una cuestión de registros, lo cual no quiere decir que para el próximo producto se piensen si este es el lugar más adecuado. Eso tiene una gran inercia para bien o para mal. No son cambios inmediatos y eso puede ser bueno, pero el día que una multinacional decide dejar de invertir, es difícil que cambie de opinión.

P. Además, los innovadores sufren retrasos en el acceso.

R. Los productos innovadores tardan en aprobarse y luego está la discusión sobre si se reembolsan y la rapidez con la que se ponen a disposición de los pacientes en cada comunidad.

P. ¿Será la evaluación unificada la solución a este problema?

R. No conocemos demasiado bien cuáles son los criterios que se van a aplicar en este sentido. La sensación es que todo va a un ritmo bastante lento. Ahora estamos con el tsunami del RDL y estos temas se irán abordando cuando vaya pasando el tiempo. Estamos muy concentrados en el día a día y no en el largo plazo.

P. ¿Hay esperanza sobre un entorno más estable en el futuro?

R. Depende mucho del entorno económico europeo. Si el PIB sigue cayendo o sin crecer las esperanzas disminuyen. Si el país logra remontar estaremos más tranquilos. La capacidad de deterioro, así como la de superación, son infinitas. Ahora lo que toca es dialogar con la Administración.

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