Implantar botiquines no convence a todos los farmacéuticos rurales, que buscan otras soluciones

Soluciones urgentes. Esto es lo que demandan los farmacéuticos rurales, que ven peligrar la viabilidad de sus negocios tras una sucesión de medidas que no distinguen entre grandes y pequeños. Por ello, la farmacia rural se ha puesto manos a la obra y tiene sobre la mesa algunas propuestas con las que busca garantizar su continuidad, por lo menos a corto plazo, a la espera de que llegue una reestructuración más profunda que permita mirar al futuro con algo más de certidumbre.

Entre las posibilidades que algunos plantean se encuentra la instalación de botiquines en las zonas rurales en lugar de las tradicionales oficinas de farmacia, una iniciativa que no resulta del todo nueva y que ya es efectiva en algunas autonomías. De hecho, por ejemplo, los extremeños cuentan con más de medio centenar de botiquines y los castellanoleoneses con 238. En este sentido, Jesús Aguilar, presidente del Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl), se mostró a favor de crear botiquines «siempre que sea necesario dar una nueva prestación farmacéutica a los ciudadanos de los municipios más pequeños´´, donde no existe o no hay posibilidad de crear una farmacia.

Asimismo, explicó que también existe la posibilidad de instalar con carácter temporal botiquines ante una mayor concentración de personas en una zona durante un periodo concreto del año, como pueden ser las vacaciones. También en el caso de que el farmacéutico de un pueblo concursara a una nueva farmacia y ésta le fuera adjudicada, su oficina podría convertirse en botiquín de «forma transitoria´´ hasta que volviera a salir a concurso. Por tanto, en el caso de Castilla y León "no se trataría de cerrar farmacias", según sostuvo Aguilar, más partidario de denominar a estos establecimientos puntos de atención farmacéutica en lugar de botiquines.

Precisamente, las discrepancias que se dan entre el propio colectivo de farmacéuticos rurales respecto a esta medida radican en la posibilidad de que una oficina de farmacia se reconvierta en botiquín de forma permanente, como ocurre en Extremadura, donde esto resulta posible en pueblos de menos de 400 habitantes.

El presidente de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Extremadura, Cecilio Venegas, consideró que esta medida permite dar continuidad a la prestación farmacéutica en estos municipios a la par que se garantiza la viabilidad económica de los profesionales. «No se puede tener todo en todos los sitios al cien por cien. Tienes que balancear el servicio que das con la rentabilidad que tengas´´, argumentó Venegas.

Dudas en el aire
Otra de los puntos que algunos cuestionan son la ausencia de guardias y los horarios de este tipo de establecimientos, más reducidos y normalmente coincidentes con las consultas médicas. «La atención no es la misma porque si hay una urgencia el paciente tiene que venir hasta la farmacia que esté de guardia´´, añadió Julia Martínez, representante de los farmacéuticos rurales de boticas de menos de 500 habitantes de Guadalajara.

Esta farmacéutica lleva dos botiquines, que pidió de forma voluntaria, y está en trámite de solicitar otro, pero no lo hace por una motivación económica sino «por ofrecer un servicio´´ ante situaciones que de otra forma no habría posibilidad de atender. «No existe la farmacia ambulante, el paciente no puede venir hasta aquí y tú no puedes ir´´, explicó Martínez.

Además de la petición propia por parte de un farmacéutico, la adjudicación de los botiquines puede surgir desde distintas instancias. En caso de que sea el ayuntamiento el que lo solicite existen unos parámetros para su concesión, aunque suele ofrecerse a la oficina de farmacia más cercana. Sin embargo, para los farmacéuticos no siempre resulta rentable desplazarse hasta el botiquín, por los gastos que ello conlleva, para atender un número escaso de recetas. «Además de perder dinero pierdes en seguridad y en tiempo´´, señaló Martínez.

Asimismo, este tipo de establecimientos, por su espacio reducido, suelen contar con existencias menores a las de la tradicional oficina de farmacia. No obstante, el hecho de que el farmacéutico que lo regenta conozca a casi todos sus pacientes personalmente permite disponer de los tratamientos crónicos de estos. Pero, además, los botiquines tienen alguna otra medicación de emergencia, como antibióticos, antiinflamatorios o analgésicos, entre otros productos.

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos Rurales (Sefar), Francisco Javier Guerrero, defendió que esta medida «requiere un debate más amplio en el que tienen que participar todos los actores implicados´´, entre los que se encuentran los profesionales de las oficinas de farmacias, la población atendida y las administraciones.

Asamblea de Sefar
Precisamente, el pasado 21 de marzo Sefar celebró su primera asamblea, encuentro durante el cual se hizo balance general de los aspectos positivos y negativos del primer año de funcionamiento de la sociedad, en el que se han presentado distintas iniciativas con las que se busca garantizar la viabilidad de la farmacia en el medio rural. También se plantearon algunos objetivos de cara al futuro y, en este punto, se hizo especial hincapié en la necesidad de impulsar las actividades formativas y científicas dentro de la sociedad.

«Si hasta ahora hemos adolecido de algo ha sido de rama científica´´, reconoció Guerrero, para quien «el futuro vendrá marcado por una mayor predominancia de las sociedades científicas que por los organismos de representación actuales´´. A este respecto, añadió que la labor de la sociedad ha sido principalmente reivindicativa hasta el momento, algo que en parte ha venido motivado por las circunstancias del momento.

Los representantes de Sefar también se plantean la posibilidad de ofrecer servicios adicionales a sus socios, pero ello dependerá de la capacidad económica disponible. Además consideran que pedir el pago de las guardias «sería la mejor forma de racionalizarlas´´. Por todo ello, tratarán de contactar con todas las administraciones «para exponer la delicada situación de la farmacia rural´´.

En este sentido, Sefar plantea como meta conseguir algún tipo de ayuda económica para hacer viable el sistema o, en su caso, dar una salida a estos profesionales. Para ello, la farmacia rural trabajará en sus propuestas.

Sanidad escuchará las propuestas de Sefar

Las reivindicaciones de la Sociedad Española de Farmacéuticos Rurales (Sefar) han dado ya sus primeros frutos. Propuestas como la creación de un fondo de compensación para las rurales, denominado «céntimo solidario´´, han logrado un alto nivel de visibilidad mediática. Ahora, la sociedad tiene la oportunidad de presentar de primera mano iniciativas como éstas ante el propio Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, que ha tomado la iniciativa de citarles el próximo 29 de marzo. Y así lo harán el presidente de Sefar Francisco Javier Guerrero, y su vicepresidente, Francisco Mateo, ante Alfonso Jiménez Palacios, director general de Sanidad y Productos Sanitarios del departamento que lidera Leire Pajín. «Por lo menos hay una buena disposición´´, señaló Guerrero, que espera que este encuentro se traduzca en medidas concretas que garanticen la viabilidad de la botica en el medio rural. En este sentido, Sefar emitió recientemente una carta abierta en la que solicitaba la colaboración de las administraciones y planteaba algunas propuestas, como la posibilidad de excluir a un determinado número de oficinas de farmacia de su aportación al RDL 8/2010 como ejemplo de proporcionalidad frente a la linealidad imperante en las últimas medidas.

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