La distribución española es productiva pero necesita mejorar su rentabilidad

La distribución mayorista española es una de las más productivas de Europa aunque adolece de falta de rentabilidad debido a que, entre otros factores, ha perdido cerca de un 45 por ciento de su margen de beneficio sobre el medicamento y que muchas de las farmacias a las que abastece son, a su vez, poco rentables.

Tal es la conclusión a la que llega un estudio del IESE, Escuela de Negocios de la Universidad de Navarra, que fue presentado la semana pasada por la patronal de mayoristas Fedifar y el laboratorio Merck. Según los autores y los diferentes expertos congregados, la solución es la búsqueda de nuevas áreas de negocio y, de fondo, el debate sobre la idoneidad de la concentración del mercado en España.

La productividad de España coincide con la media europea: de 1,8 millones de euros de ingreso por cada empleado a tiempo completo que trabaja en un almacén. Es mejor, de hecho, que la de países como Reino Unido (1,3), Francia, Suiza o Alemania (1,7). Este dato sorprende si se van añadiendo condicionantes como que en España la densidad de población es menor (medido en farmacias por habitante) y que el número de entregas diarias (hasta 4) por botica es el mayor, con diferencia, de la UE. Como Eduard Calvo, coautor del estudio, explicó: «La configuración española obliga a dar un nivel de servicio mucho mejor de lo que sería razonable en otros países pese a disponer un margen [sobre el medicamento] ligeramente por debajo de la media´´.

ACCESO MÁS CARO
Estos datos describen una situación que, como el presidente de Fedifar, Antonio Mingorance apuntó, vuelve imprescindible a los mayoristas: «Sin las empresas de distribución farmacéutica, el acceso al medicamento en España sería más caro´´. Y cifró este encarecimiento en unos «2.000 millones de euros al año´´. La «creciente inestabilidad´´ económica que afecta al sector obliga a «estar preparados para cubrir las necesidades de la farmacia´´.

Es precisamente ésta la dualidad que define el escenario de la distribución: dar servicio o ser rentables. Como apuntó durante el coloquio el presidente de la asturiana Cofas, Pablo Ramos, «no queremos quitar servicios para no castigar más a la farmacia que, ya de por sí, está muy castigada´´. De hecho, según la coautora del estudio Natalia Yankovic «abastecerse sin los mayoristas tendría un sobrecoste para las farmacias de 20.000 euros al año´´.

BÚSQUEDA DE NUEVOS CLIENTES
La diversificación hacia nuevas áreas de negocio se planteó, pues, como una posibilidad para mejorar la rentabilidad y la opción es buscar otro cliente ya que, según sus datos, el 96 por ciento de la distribución mayorista se dirige sólo a farmacia. Además de prestar servicios logísticos a laboratorios y Administración, la farmacia de hospital sería una opción dado que el 96,7 por ciento de este mercado está en manos de operadores logísticos. Pero tiene inconvenientes: «Las listas de fármacos de dispensación hospitalaria han crecido porque la Administración quiere ahorrarse el margen de distribución y farmacia´´. Además, «son los que menos margen -por tener cuota fija- dejan´´, según Calvo.

Otro debate en torno a la eficiencia se generó sobre la conveniencia de desatomizar el mercado. Para el vicepresidente de Hefame, Juan Acosta, «la concentración tiene fundamento en la eficiencia operativa per se´´. Sin embargo, el estudio del IESE, como apuntó uno de sus coautores, Alejandro Lago, «no evidencia una relación entre concentración y eficiencia´´. Lo lógico, afirmó, «es pensar que a más capilaridad y mayor nivel de servicio, las economías de escala se pierdan, aunque en el estudio español no hay evidencias de ello´´.

La clave, más allá de las evidencias, como apuntó Pedro Zumárraga, director general de Vascofar, quizá resida no tanto en la lectura que se pueda hacer del mercado en España sino en los países vecinos. «Grecia, Italia y España son los tres países con menor índice de concentración mayorista; son, además, los que carecen de capacidad recaudatoria y están prácticamente intervenidos. Con estos precedentes, es posible que en Bruselas se pregunten si el ciudadano español puede permitirse este servicio exquisito que no tienen ni Reino Unido, ni Francia ni Alemania´´, advirtió.